Este blog lo hemos dedicado a una de las parejas más polémica y conocida de España, Juana I de Castilla (Llamada la loca) y su marido Felipe el Hermoso. Con este blog os podréis informar de su historia, de su vida. Además de adaptaciones al cine o a la televisión, libros, vídeos etc..

lunes, 20 de enero de 2014

Guión de la película "Juana la Loca"

SECUENCIA. 24
INTERIOR. PALACIO BRUSELAS/ SALON. DíA.

La lección de baile que en este momento tiene lugar es una explosión de color y de vida. Predominan los colores cálidos, suntuosos, la música es festiva y al mismo tiempo muy sensual en sus lánguidas cadencias y sus arrebatos. Los atavíos de los cortesanos son ricos, adornados, imaginativos. Un maestro de ceremonia dirige la operación. Cuando los bailarines se equivocan, el baile se interrumpe porque no pueden reprimir la risa. El maestro impone silencio y el ensayo se reanuda.
En medio de esta celebración placentera, se está produciendo algún tipo de aviso. Un hombre fuerte, maduro, con aspecto de guerrero, acaba de entrar en el salón y comunica al señor DE VERE algo que no llegamos a oír.
El señor De Vere se dirige a Juana, entregada al baile en estos momentos. Le dice unas palabras que tampoco oímos, pero que son suficientes para que ella levante los brazos en demanda de silencio. Se detiene la música.

Juana está desconcertada. Algo está pasando, pero nadie le ha dicho nada concreto. Avanza hacia la salida y prácticamente coincide con la entrada de álvaro, cuya actitud es solemne. Y todavía esa solemnidad se ve reforzada por la manera que tiene el capitán de poner rodilla en tierra, bajar la cabeza y quedar sin más a la espera de ser interpelado. Cosa que por fin sucede:

Juana -Bienvenido, capitán... ¿Me traéis noticias de mi madre? ¿Cómo se encuentra?

Unos largos instantes sin que álvaro llegue a responder, ni siquiera a levantar la cabeza. Hay una clara expectación entre los concurrentes, damas y caballeros. Juana se teme lo peor.

Juana-¿No me contestáis?

álvaro -Dejé el castillo de la Mota cuando las campanas doblaban por el alma de la reina Isabel.

Le tiende un pliego a Juana y ella lo desdobla, lo lee por encima, incapaz de concentrar su atención. Lo pliega de nuevo, en silencio, y lo entrega hacia un lado:

Juana-Señor de Vere... Anunciad el luto de la corte.

Hace intención de irse, pero apenas da unos pasos y regresa junto a don álvaro.

Evidentemente necesita hacer alguna demostración hacia él, agradecerle el esfuerzo que ha hecho, reconocer que entre ellos hay algo más que el protocolo. Le pone una mano en el hombro:

Juana-Retiraos, capitán... Necesitáis descanso. Mucho os agradezco el esfuerzo que habéis hecho.

Mira a su alrededor:

Juana-¿Dónde está Felipe?

Elvira -El archiduque no se encontraba bien, señora... Ha salido hace un rato a tomar el aire.

Juana- Estará en el pabellón de caza. Acompañadme.

No sólo doña Elvira la acompaña, sino dos o tres damas más.En tanto se dirigen a la salida, entre el rumor de las gentes, Elvira le va diciendo:

Elvira -¿Sabéis lo que significan esas nuevas? Vos y el archiduque sois los reyes de Castilla.

No responde Juana. En su expresión hay una infinita severidad.

SECUENCIA 25

(SUPRIMIDA)

SECUENCIA 26
EXTERIOR. PABELLóN DE CAZA / FACHADA. DíA.

La pequeña comitiva camina hacia el pabellón de caza, donde se supone que está Felipe. Está lloviendo. Hay cierta oposición por parte de los guardias para dejarlos entrar, pero cuando Juanase da a conocer a cara descubierta le ceden el paso.

Tardíamente el señor De Vere se incorpora a esa pequeña comitiva.

SECUENCIA 27
INT. PABELLóN DE CAZA / VESTíBULO Y ESTANCIAS. DíA.

Un principio de sospecha ha nacido en Juanafrente a la actitud de los guardas de la entrada. Pregunta a Elvira que camina junto a ella:

Juana- ¿Qué pasa?

Elvira -Nada... Guardan el palacio, como siempre.

En el amplio vestíbulo del pabellón, frente a la chimenea encendida, dos oficiales juegan al ajedrez, un enorme mastín a sus pies. La entrada de la Archiduquesa les provoca un inmenso embarazo, estupor, miedo. El mastín se levanta y gruñe amenazadoramente hacia el grupo de mujeres recién aparecido.

Juana- Sujeten a ese perro... ¿Qué pretenden? ¿Que me ataque?

Los hombres no atinan más que, uno ordenar al perro estarse quieto, el otro a tomarlo por el collar. Ahora Juanapregunta con autoridad:

Juana -¿Dónde está el archiduque?

Los hombres, deliberadamente, no contestan.

Juanase vuelve hacia el señor De Vere y repite la pregunta.

Juana -¿Dónde está el archiduque?

De Vere se toma unos segundos antes de responder.

De Vere -¿Será mejor que sigáis ignorándolo, señora.

Juana avanza hacia el pasillo seguida por sus damas y con su propia mano va abriendo violentamente las puertas que encuentra cerradas.

Recintos oscuros. Otros en los que se entrevén armas o monturas, u hombres comiendo y, finalmente, muy pronto porque el ritmo de la búsqueda de Juana es frenético, la imagen de una pareja desnuda que no ha terminado del todo de deshacer su abrazo, sobre una cama rústica.
La mujer es apenas entrevista. Huye con sus ropas por una pequeña puerta próxima. El hombre, clarísimamente es Felipe y no se oculta. Está desnudo, pero emplea toda la parsimonia de este mundo para vestirse.
Juana está al borde del desmayo. Su pecho se mueve agitadamente al ritmo de su respiración.
En cuanto se ha cubierto con un mínimo de ropa, Felipeavanza despacio hacia Juana

Felipe -¿Qué pretendes? ¿Que nos cubramos, tú y yo, de vergöenza? ¿Me espías? ¿Hasta tal punto me faltas al respeto?

Juanahace esfuerzos por recobrar el dominio sobre sí misma.

Juana -Traidor, traidor, traidor. Monstruo. Putañero hijo de puta.

Felipe -Cuidado con lo que dices. Hablas como una mujerzuela. No voy a permitir que me humilles.

Juana -Yo soy la humillada. Yo soy la traicionada. ¡Me siento sucia! ¡Manchada! ¡ Contagiada!

Felipe -Locura... Estás loca... Así de sencillo.

Juana -¡Loca! ¡Siempre loca!

Se acerca a él para decir, con violencia:

Juana -Debe ser locura amar a un ser tan despreciable como tú... ¿Quién era ésa?

Por la expresión de Felipees evidente que no piensa responder a esa pregunta.
Juanase echa sobre la cama husmeando como una perra. Desde esa postura casi felina, le lanza una terrible mirada a su marido:

Juana -Tengo que saber quién es esa puta.

Se yergue y sale de la estancia seguida por sus damas.
El señor De Vrere queda frente a Felipe

De Vere -Señor..., dadas las circunstancias debo ser yo quien os dé la nueva... Ha muerto la reina Isabel.

Felipevive un momento de desconcierto. Son demasiadas cosas en tan breve espacio de tiempo. De Vere se acerca a él:

De Vere -La archiduquesa es ahora la reina Juana de Castilla, y vos el rey consorte. Alegraos.

Felipesonríe con tristeza. Felipesigue haciendo intentos por completar su vestimenta.
Se oyen, provenientes del exterior, unos gritos de Juana

Juana - (Off) ¡Apartaos! ¡Dejadme en paz! ¡Todos lo habéis visto! ¡Mi madre ha muerto! ¡Mi marido me engaña!

SECUENCIA 27a
EXTERIOR. ENTRADA PABELLóN DE CAZA / PATIO DE ARMAS. DíA

Llueve. Asoma De Vere por la puerta que da al patio de armas y adoptamos su punto de vista.

SECUENCIA 27b
EXT. PALACIO BRUSELAS/ PATIO DE ARMAS. DíA

Juana, bajo la lluvia, sin protección de ningún tipo, abre los brazos y recibe el agua que cae sobre ella, sin inmutarse, rechazando la capa que le ofrece una de sus damas.

Juana - (grita una y otra vez) ¡Quiero que se entere todo el mundo! ¡Mi madre ha muerto! ¡Mi marido me engaña!

Avanza a grandes pasos como si se dirigiese a algún sitio para detenerse poco después y volver a gritar:

Juana -¡Nada de eso es verdad! ¡Imaginaciones! ¡Antojos! ¡Antojos de Juana la loca! Porque estoy loca...

Se enfrenta a unos guardas que se mantienen discretamente a cierta distancia:

Juana -¿No es verdad que estoy loca?

Una de sus damas insiste en cubrirla con una capa, pero de nuevo Juana lo rechaza.
Se aleja hacia el centro de la plaza, insistiendo:

Juana -¡Loca, loca, loca... estoy loca!


"Nadie puede dudar de la cordura de "Juana la Loca"



Tanto Celos como Locura de amor (sus dos últimos filmes) toman como detonante el estado emocional de los celos, pero Vicente Aranda asegura que con la historia que tiene entre manos inicia una nueva etapa en su carrera: “Sería absurdo seguir hablando de mi niñez. Creo que a mi edad me corresponde entrar en el didactismo cinematográfico, como hizo Rossellini”. Este didactismo, muy cerca del documental histórico, se concreta en Locura de amor, película que se centra en uno de los espisodios regios más apasionantes y apasionados de la historia española: la tormentosa relación de amor y odio entre Felipe el Hermoso y Juana la Loca, con el telón de fondo de las rencillas políticas entre flamencos y españoles.

lunes, 13 de enero de 2014

Un poco de historia


La tradición nos cuenta que Juana I de Castilla (1479-1555), más conocida como Juana la Loca, enloqueció de amor. Aunque como bien destaca Alicia Misrahi más que de amor debería decirse de celos. Ella se ganó su apodo a pulso, aunque hubo quien la defendió y acreditó que todo lo que decía era razonable.

En 1496, cuando tenía 16 años, Juana se casó con el archiduque Felipe (1478-1506), primogénito del emperador alemán Maximiliano I y de María de Borgoña. Hubo que adelantar la boda porque ambos querían meterse en la cama nada más conocerse, el 21 de agosto de 1496. Juana era una convencida humanista que quería suprimir la Inquisición. Al principio, a él le gustaba el ardor de ella, pero prontó se cansó y buscó nuevas aventuras. Juana empezó a perder la razón y el flamante marido estaba algo atemorizado por sus excesos. A principios de 1502 aparecieron los primeros síntomas de enfermedad mental.

A pesar de que había sido educada con esmero y era una mujer culta que hablaba cinco idiomas, Juana no estaba destinada a ser reina. Se convirtió en heredera de los reinos de Castilla y Aragón tras la muertes de sus hermanos Juan (1497) e Isabel (1498) y de su sobrino Miguel (1500). Fue reconocida por las Cortes en 1502. Tuvo varios hijos: Leonor (1498), Carlos (1500), Isabel (1501), María (1505) y Catalina (1507).